martes, 13 de diciembre de 2011

¿Árbol de Navidad natural o artificial?


Iluminación especial en las calles; adornos (la mayor parte de ellos horribles) en los escaparates de las tiendas; cenas “incómodas” con los compañeros de la oficina (y de propina, con los jefes de sección); repetitivas tarjetas de felicitación en las que personas a las que no hemos visto en mucho tiempo nos desean que disfrutemos de la vida, al menos durante un año; indecisión fusionada con desesperación cuando nos damos cuenta de que se nos acaban los días y no tenemos la más mínima idea de que regalar a nuestros amigos y parientes… en fin, ¿a qué os suena? Efectivamente: llega la Navidad.


Pero no todo son problemas: este periodo tiene momentos inolvidables que hacen que nos sintamos muy, muy felices: la cara de los niños al abrir sus regalos, la fabulosa cena con que nos obsequia nuestra suegra, los chistes (algunos repetidos) de nuestro tío Paco, el trabajo en equipo a la hora de montar el belén, de decorar el árbol… por cierto: ¿árbol de Navidad natural o artificial? Complicada pregunta ya que ambas opciones tienen sus partidarios.

Los defensores del árbol de Navidad natural alegan que fijan dióxido de carbono y evitan la contaminación que supone la creación de árboles artificiales que generalmente son de plástico. Además, son mucho más agradables a la vista y en la mayoría de los casos su compra resulta “solidaria”, pues son muchas las organizaciones caritativas o los grupos de estudiantes que financian sus actividades o sus viajes de fin de curso con la venta de estos abetos.


Los detractores (generalmente grupos ecologistas) abogan por otras soluciones, ya que con la colocación de un abeto natural en nuestro salón, prácticamente estamos dictando su sentencia de muerte. Estos árboles suelen criarse en zonas montañosas con bajas temperaturas y un elevado grado de humedad; cuando los introducimos en un ambiente cálido y seco, su supervivencia pende de un hilo. Sólo si conservan sus raíces, los alejamos de la calefacción, mantenemos una temperatura ambiente baja y los regamos regularmente tendrán alguna posibilidad de ser replantados y sobrevivir (muchos ayuntamientos tienen servicios de recogida a domicilio). En España, casi dos millones de abetos no lo consiguen cada año.

Además, piensa que si el árbol empieza a secarse, caerán sus hojas y te pasarás todo el día barriendo a su alrededor.


¿Nuestro consejo? Utilizar árboles artificiales hechos con materiales reciclables y, a ser posible, que puedan ser reutilizados varios años. Existen múltiples posibilidades y se pueden lograr resultados asombrosos.



Elijáis una u otra opción, que no se os olvide lo más importante: sed todo lo felices que podáis en estos días.

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